

Las «cebras» y la fusión se conocen de memoria: vienen disputando palmo a palmo el salto el salto a la máxima categoría desde que se definió el torneo Clausura de la «B». Anoche protagonizaron un duelo mucho más abierto que los anteriores, sin tantas precauciones defensivas. Las cifras lo demuestran.
Estudiantes aprendió la lección: bajó considerablemente el goleo de Carlos Fernandez y de Mario Yane. Entre ambos no sumaron 25 puntos. Allí radicó una de las claves de la victoria.
El equipo de Gustavo Flores empezó a marcar diferencias desde el segundo cuarto. Se tranquilizó, empezó a mover la pelota y aperecieron los aciertos desde el perímetro. La tendencia se acentuó después del descanso largo, ya que en el tercer cuarto Estudiantes se mantuvo al frente en el marcador (3/4 triples).
Los 10 minutos finales fueron vibrantes. La Alianza -alentada por Carlos Roldán desde las tribunas- atacó con todo y redujo la diferencia hasta igualar en el electrónico (81-81). Fue allí cuando Aguilar acertó la primera de sus bombas. Poco después, a 44″ del epílogo, volvió a acertar desde los 6,25 y se terminó la historia.
Por lo viste hasta aquí todo puede pasar en el último y decisivo choque. Argumentos para ascender tienen los dos.
Síntesis del partido:
Estudiantes 92 – Alianza NASM 84
ESTUDIANTES: Javier Skibski 17, Fausto Inochea 11, Juan Flores 16, Pedro Chávez 7, Luciano P.Laurenti 16 (FI); Lucas Vega, Marcos Vera 4, Alexis Clemente 5, Mariano Inochea 3, Juan Aguilar 6 y Aníbal Robles 7. DT: Gustavo Flores.
ALIANZA NASM: Carlos Fernandez 13, Raúl Rodriguez 21, David Torres, Marcos Maidana 22 y Mario Yane 13 (FI); Miguel Angel, Juan Peralta y Carlos Burgos 15. DT: Daniel Gonzalez.
PARCIALES: 16-19, 28-21 (44-40); 26-24 (70-64) y 22-20.
ARBITROS: Antonio Briseño, Jorge Núñez y Víctor Barrionuevo.
ESTADIO: Defensores de Villa Luján.
Fuente: LA GACETA
Noche de homenajes:
El club Nicolás Avellaneda homenajeó en el entretiempo del partido de anoche a dos personas que marcaron a esta Institución: Uno de ellos fue DON MANUEL PAZ BORDA, que comenzó como dirigente de Estudiantes cuando ese club tenía su sede social en la intersección de las calles San Martín y Muñecas y su cancha de basquetbol en calle 25 de mayo. Luego él se mudó al barrio de la Ciudadela, donde encontró su lugar en el Club Nicolás Avellaneda, dedicando su vida como dirigente, simpatizante y eterno colaborador.
El segundo fué el capitán ALBERTO «TITO» CAROL, que comenzó su carrera basquetbolística en All Boys, se afianzó como jugador en el viejo solar de los deportes de San Martín, en calle Lavalle y Próspero Mena. Fue ahí cuando su gran amigo Aldo Giacossa lo invitó a conocer el club Nicolás Avellaneda, el cual le daría la oportunidad de comenzar a marcar su huella.
Fue vicecampeón en 1951, a partir de allí comenzó su paso por la selección tucumana, la que duraría mas de una década. En 1953 tiene un fugaz paso por el conjunto «cebra» donde se consagra campeón. En el año 1955 fue preseleccionado nacional, en 1958 vuelve a Nicolás Avellaneda con el título Anual 1958 y desde entonces no nos abandonó.

Un gran jugador que marcó un antes y un después en el modo de entender el basquet en los años 50. Se retiró en el año 1964 siendo recordado hasta el presente como el capitán «TITO» CAROL.-



