Para ascender, Fernández y Flores harán horas extras

RIVALES Y COMPADRES. Férnández (con la bola) intenta "zafar" de la marca de su amigo Juan Pablo Flores (atrás). LA GACETA / HECTOR PERALTA
Para muchos de los fanáticos, el día basquetbolistico recién comienza a las 22, cuando Estudiantes y la Alianza se enfrenten en Villa Luján por el tercer y definitorio partido. El ganador se lleva el premio mayor: el ascenso a la máxima categoría.

Pero para Carlos Fernandez y Juan Pablo Flores (rivales en la cancha y compadres en la vida) la jornada que puede despedirlos como flamantes campeones de la «B», los madrugará como incansables trabajadores.

Todos los días de la semana «Cangurín» Fernández salta de la cama bien temprano y martilla bien fuerte la cabeza de todos para ganarse un nuevo apodo (que en realidad es su oficio): «el carpintero». «Trabajo para una empresa constructora como carpintero. Hoy (por ayer) estuvimos en el Barrio San Felipe armando unos piletones. Trabajo armando hierros y maderas», cuenta el escolta de la Alianza que de clavar sabe bastante, y sino que lo digan los piolines hartos de recibir triples. «Jesús Heredia y toda su familia me dieron ese trabajo. Ellos son mi otro equipo», explica.

Lejos de la carpinteria, pero cerca del esfuerzo y la diversidad de actividades está el escolta «cebra». El «pollo» Flores reparte sus días entre varios laburos para quedar parado a fin de mes. «Por la mañana trabajo como preventista en una empresa de agua mineral y como cobrador de una financiera. A la tarde soy profesor de una escuelita de basquet en Independiente junto a David Torres (base de la Alianza)», detalló el espigado número 10 que pasa por caja y cobra debajo de los aros rivales.

Además, estudia Educación Física y cursó las carreras de Comunicación Social y Notariado durante dos años y medio. «Sí, soy un tipo flexible», se ríe y acepta Flores. Sin embargo, sus historias paralelas parecen no bastar. Para enriquecer aún más el anuncio del partido entre la Alianza y Estudiantes que decidirá el ascenso, el «carpintero» Fernandez y el «cobrador» Flores avisan qeu su vínculo, va más alla del sudor que desparraman por las calles tucumanas. A ‘Cangurín’ lo conosco de toda la vida.

Mis abuelos viven a la vuelta de su casa. Además, soy el padrino del más grande de sus hijos Carlitos, así que somos compadres», confiesa el de Estudiantes, segundo goleador con 16 en la noche del lunes. «Al principio nos costaba enfrentarnos porque nos conocemos mucho, pero ahora es diferente. Dejamos la amistad de lado porque sabemos que después del partido vamos a seguir siendo amigos», detalló Flores.

La mesa está servida. «Cangurín» y el «Pollo» ponen los condimentos.

Roldán, su aficción al básquet y las reglas que copiaría:

El técnico "santo" presenció la final entre la Alianza y Estudiantes y confiesa cierta simpatía por la naranja:

Un técnico de San Martín está en el banco. El otro, en la platea. Daniel Gonzalez, dirige a la fusión entre Nicolás Avellaneda y el «santo» (como lo hizo el lunes en el segundo partido de la serie) y tiene a su colega en la tribuna, alentándolo. Carlos Roldán, su par en el fútbol del mismo club.

«Me gusta el básquet. La Alianza que se hizo en este caso o el creciemiento que tuvo en el hockey, el fútbol femenino o el voley son importantes para el club y le brindan otra posibilidad al socio», comentó el «Negro».

Hasta allí, la afición del entrenador futbolístico de San Martín no salía del apoyo y el reconocimiento a la institución, pero su relación con el DT basquetbolístico y su interés en las reglas del basquet, surgieron después. «En diciembre nos encontramos con Daniel. Hablamos sobre la metodología que usa su deporte como el recambio constante de jugadores. Eso lo obliga a tener una relación permanente con el jugador y me parece interesante», recalcó.

¿ Y que cosas incorporaría Roldán del deporte de la naranja al de la blanca ? «Me gustaría tener más modificaciones. Así se podría cambiar y sobre la marcha alterar el curso del partido», explicó. Para reforzar su postura Roldán recordó al Ferro de Carlos Griguol. «En su época, el trabajó con el entrenador de basquet del mismo club ‘copiandose’ estrategias  defensivas y me parece bien. Hay muchas cosas que se pueden captar del fútbol al basquet y viceversa», analizó.

Nota: LA GACETA

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