
Juan Bautista Alberdi pudo dar una vuelta olímpica en el estadio de Villa Alem después de 22 años.
A pesar de que, en los últimos tiempos, Villa Alem se acostumbró a que Juan Bautista Alberdi los colmara de satisfacciones, la coronación del domingo pasado, ante Talleres, tuvo un sabor muy especial. Luego de 22 años, el equipo pudo dar una vuelta olímpica en su estadio de 9 de Julio 1.174.
“Recuerdo que en ese tiempo jugaba en minibásquet y Alberdi se clasificó campeón al ganarle la final a Caja Popular, que estaba reforzado con Joel Thompson y George Aguilar”, recordó Luis Ahumada, capitán del plantel que que el domingo sumó su séptimo título consecutivo.
El base, que suma ya 14 vueltas olímpicas con Alberdi, confesó que esta obtención la valora más que las anteriores. “Coronarse en nuestro estadio era la materia pendiente que teníamos todos. Ahora pretendo jugar en la Liga ’C’ con mi hermano Gustavo y luego retirarme”, señaló.
Otro de los que le dio un valor especial a este título fue Juan José García, técnico de los campeones. “Era algo que se merecía nuestra hinchada y; por suerte, lo pudimos concretar. Esto nos hará esperar con mucha expectativa el torneo de la Liga C”, comentó. El entrenador le dedicó el título a la memoria de su tío Mariano García Vallejos, que falleció recientemente.
Jorge Fares, que fue la figura descollante de la serie, indicó: “no había tenido un buen trabajo en el primer cotejo y me debía en lo personal un rendimiento de este nivel. Como la mayoría de mis compañeros, me crié en este club, por eso lo viví como un hincha más”, señaló “Keny”.
A su turno, Pablo Osores se sintió complacido de integrar este plantel. “Está formado por chicos que nos conocemos de toda la vida y llevamos esta camiseta en el corazón. Cada título lo celebramos con mucha pasión”, dijo el alero.
APOSTILLAS DESDE VILLA ALEM:

– Añoranzas. El partido del domingo en Villa Alem posibilitó que viejas glorias de los dos equipos se dieran cita en el estadio. Por el local estuvieron Reinaldo Gutiérrez y Alfredo Rodríguez, mientras que por los taficeños se vio a Rubén Solórzano. Los ex jugadores no se cansaron de elogiar la fiesta que se vivió. “Juró que hubo momentos del partido en que me puse tan nervioso que quería saltar al campo de juego. Una vez más quedó demostrado que Alberdi es un sentimiento inigualable”, dijo Gutiérrez.
– Una fiesta. Hubo varios matices que se aunaron para que la gran final terminara siendo una fiesta. Por un lado, la organización casi perfecta, un operativo de seguridad impecable, la buena predisposición de los protagonistas para colaborar para que se viviera un partido que se recordará por mucho tiempo. La Asociación Tucumana de Basquetbol destacó la tarea realizada por la terna arbitral integrada por Sebastián Gauna, Antonio Briseño y Jorge Núñez.
– La familia unida. La mayoría de los jugadores de Alberdi jugaron con hinchada propia. En el sector de plateas estuvieron Imelda de Ahumada, madre de Luis y Gustavo; Nora de Osores, madre de Pablo y Sebastián; María Cristina Argañaraz, madre de Luis; Fatima de Molina, madre de Federico; María Graciela, madre de Marcos y Mirian de Fares, madre de Jorge. “Esto es indescriptible. Me llena de satisfacción tener dos hijos que hayan colaborado para brindarle tanta alegría a la hinchada de Alberdi”, comentó Imelda de Ahumada. Mientras que Nora de Osores señaló: “después de tanto sufrimiento, nos merecíamos esta alegría. Los muchachos hicieron los méritos suficientes para que esta obtención se haga realidad”.
Fuente: La Gaceta