
Nicolás Iriarte
Redacción LA GACETA niriarte@lagaceta.com.ar
El escolta reflexionó a fondo sobre la situación del basquetbol en Tucumán y el seleccionado: Desde hace varios años se lo escucha desde lejos. El día a día junto a él, sucede en Madrid, Zaragoza o Buenos Aires.
Por eso, a cualquier charla de LA GACETA con Lucas Victorianose le antepone un prefijo de opinión, de referencia. Un punto de vista más general. Se lo ha ganado también con sus logros, que no son pocos.
El destino ahora es París. ¿El motivo? Una escapada romántica con su pareja. Su internacional teléfono repica. «¿Hola, Lucas?»»La verdad es que no estoy muy al tanto de lo que pasó con la citación de los jugadores al Argentino, pero es una muestra más de lo que viene pasando en el basquetbol tucumano. Cuando jugué en mayo contra la Preselección nacional fue un lindo desafío para mí.
Otros chicos, por alguna u otra razón, no quisieron ir y eso marca una pauta: si no querés enfrentar con Tucumán a un equipo que va a jugar un Mundial (de U19), difícilmente vas a querer ir a jugar un Argentino», fueron sus palabras tras la pregunta.
El tema en cuestión: la deserción de siete jugadores que sufrió Tucumán para ese torneo. «Me entristece mucho cuando pasa algo así. Deberíamos ser una provincia donde haya mejores equipos, árbitros, canchas. Más seriedad. La dirigencia, en vez de facilitarte las cosas, te pone obstáculos. Cuando alguien quiere ayudar, no se lo ayuda», manifestó.
La falla no está en lo estrictamente basquetbolístico, según el tucumano. «Deportivamente demostró en los últimos años que puede pelear arriba. Soy de los piensan que las cosas bien organizadas tienen sus frutos. Esto no es cuestión de básquet», afirmó.
Los pulsos corren y la tarifa cambia, como el tema de charla. El tubo escuchará sus sensaciones de cara al Preolímpico a disputarse en Mar del Plata, el próximo agosto. «Va a ser una fiesta. Un cúmulo de sentimientos por parte de todos los jugadores y también los que pertenecemos a la familia de la generación dorada. Uno de los últimos torneos para Ginóbili, Oberto y Sánchez, si va. Me encantaría estar, es una época de pretemporada y no sé cuál es la idea, pero sería bueno crear una fiesta», se esperanzó el tucumano.
Deportivamente, la ausencia de EE.UU. en el torneo clasificatorio para Londres 2012 es un plus, pero no es el único a quién temer en el mundo FIBA. «En América y después de los estadounidenses, según la clasificación, somos los mejores, pero eso siempre hay que demostrarlo en los torneos. Equipos como Brasil, Puerto Rico y República Dominicana siempre te pueden crear problemas», aseguró.
Su novia basquetbolista, la «petite» luna de miel y la crisis en España: Viajó a París con su pareja, que también juega profesionalmente con la naranja, y a quien conoció en una cancha de entrenamiento.
Los últimos minutos de la conversación rondaron temas más personales. Más detalles sobre su viaje, las vacaciones, su novia y la crisis que azota a España.
«Las vacaciones son merecidas para todos, je. En realidad cuando estoy por acá (cuando se lo llamó estaba volviendo a España) me pasa lo mismo que cuando estoy en Tucumán: no siento que estoy vacacionando sino volviendo a un lugar en el que estuve mucho tiempo», confesó.
La acompañante, obvio, fue Paula Palomares, la pareja de Lucas. Basquetbolista ella, escolta al tucumano donde quiera que va. Pero no sólo por su amor, sino porque juega en la cancha en esa posición. «Jugamos profesionalmente los dos y eso nos unió. En Zaragoza entrenábamos en el mismo lugar y cuando salía uno, entraba el otro», confesó.
¿Y cómo es estar en pareja con una colega? «Respiramos básquet. Es imposible no hablar con ella de eso. De vez en cuando nos entrenamos juntos pero en el gimnasio y a veces en la cancha», comentó. ¿Y quién gana? «Competimos a los tiros al aro y nunca pude ganarle, salvo cuando tiramos con pelotas de basquetbol masculino. Pero si ella lleva la pelota del femenino (más pequeña) voy muerto», se ríe.
La crisis en España (su lugar durante mucho tiempo y adonde se dirigió luego de ir a París), no pudo ser obviada por su visión. «Sí, sí, sí -responde convencido-, no es como la nuestra en 2001 pero de cómo estaban ellos hace 10 años a esto es fuerte. Ojalá mejore y se parezca más a la última época. No es algo que tome en cuenta para volverme, pero ojalá Argentina siga el camino que está tomando ahora», finalizó.
NOTA: LA GACETA