El desafío de retornar fortalecidos

ESTEBAN ROBLES / Foto de Edgardo Guzmán

Artículo de Opinión
Ser fuertes indica la posibilidad de resistir a las presiones internas o externas en un momento de dificultad. Pero además, significa salir airosos y con herramientas de mejora de esos difíciles momentos. Algunos describen así el término Resiliencia. Éste es el desafío que tienen los clubes en el retorno de las actividades deportivas.

El aislamiento dispuesto por las medidas sanitarias allá por marzo de 2020, permitió una pausa y sobre todo una reflexión de las las acciones humanas en diversos planos de la existencia. En el ámbito deportivo se encendieron debates acerca de la importancia de la actividad física para el cuidado de la salud, de la función de los clubes como parte importante de la construcción social y del deporte para el desarrollo de aptitudes para la vida cotidiana. Esas discusiones pueden diluirse ante el progresivo retorno de las actividades. Resulta esencial retomarlas para que esta Pandemia -que marcará un antes y un después en la historia de nuestra generación- esté acompañada de aprendizaje, crecimiento y madurez en la gestión de nuestra propia salud y bienestar.

Meses antes de la Pandemia, el Ministerio de Salud de la Nación junto al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), publicaba los resultados de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de enfermedades no transmisibles, como las cardio-cerebrovasculares y respiratorias crónicas. Éstas constituyen la mayor causa de muerte en nuestro país. Los números alertaban sobre un elevado porcentaje de sedentarismo en la población, que junto a inadecuados hábitos alimentarios, el tabaquismo y el alcohol aumentan la probabilidad de riesgo de aparición de estas enfermedades. Más del 44% de la población argentina y el 50% en nuestra provincia, no realiza la actividad física mínima recomendada por los expertos. La situación de encierro por más de 5 meses, no puede haber hecho más que agravar esta situación, sin mencionar los efectos en la salud mental del aislamiento, la incertidumbre y la muerte. Es imperativo fortalecer campañas de promoción de la actividad física y del deporte y en ello los clubes tienen un rol privilegiado.

Los números actuales rondan el 44% a nivel país y 50% en nuestra provincia. Haber permanecido recluidos en los espacios reducidos del hogar por más de 5 meses, no pueden haber hecho más que agravar esta situación, sin mencionar los efectos en la salud mental del aislamiento, la incertidumbre y la muerte. Es imperativo fortalecer campañas de promoción de la actividad física y del deporte. Y los clubes tienen un rol privilegiado.

Por otro lado, el distanciamiento social ha puesto en riesgo la construcción de lazos colectivos. En una sociedad fragmentada, con políticas que polarizan opiniones y posturas, modelos económicos que potencian el individualismo, situaciones de precariedad que favorecen el vandalismo y el desarrollo de tecnologías que propician el contacto virtual, los elementos humanos del vínculo se desdibujan. Pero los clubes han demostrado la fortaleza para unir, para convocar, para volver a poner en juego la ilusión y los sueños de familias, barrios y ciudades. La tarea consiste en elaborar programas de acción sostenidos, con la visión puesta en el futuro y el diseño de objetivos claros como parte de una planificación estratégica, para cumplir con ese rol de contención y socialización en nuestra comunidad.

Finalmente, el valor o los valores que se esperan desarrollar a través del deporte: la capacidad de enfrentar la adversidad; aceptar los errores y adaptar las fortalezas a las circunstancias; respetar al rival y aceptar la derrota con la convicción de que la dignidad está en la lucha y en el esfuerzo y renunciar a la individualidad para construir equipos atravesados por el compañerismo. Una serie de valores cuyo desarrollo requiere en ocasiones parar el balón y ver a través del deporte a la persona y a la sociedad. Así, los cubes podrán ser una herramienta para dar respuesta los flagelos de la violencia, la drogadicción y el suicidio, que azotan a nuestras juventudes.

Podemos retornar a las actividades deportivas, de hecho ya lo estamos haciendo. Pero los clubes tienen el desafío de salir fortalecidos de la Pandemia que nos atraviesa. Todavía nos queda mucho por recorrer y construir, pero es fundamental sostener los espacios de discusión y debate para materializar en aprendizaje y crecimiento la experiencia del COVID-19.


Nota de Esteban Robles
Psicólogo deportivo

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